Se perdió en el debut ante Argentina. Se empezó ganando y en la última pelota del partido, último centro, se perdió. Luego, se empató ante Venezuela, en un cotejo que comenzó a trazar dudas en el funcionamiento de los pibes que dirige Juan Verzeri. En la tercera fecha se abrió el arco y se goleó a Chile por 4-0, donde no hubo gran juego, pero sí el posible mejor gol del campeonato, a cargo del capitán celeste Diego Polenta, quien en la gran jugada personal encontró justo equilibrio entre su apellido y clase.
Para pasar a la siguiente fase, la “Celestita” debía jugar ante un Perú que no estuvo a la altura de su localía en el torneo, dirigidos por el uruguayo Gustavo Ferrín. Tenía que golear, y no estuvo lejos, ante los pibes uruguayos que fueron imprecisos con la pelota, y luego del segundo gol peruano -jugando a la contra-, un alevoso manojo de nervios.
Uruguay está en la segunda fase, en el hexagonal final. Le falta mucho y casi queda fuera. Un plantel que tiene jugadores de buen pie: Polenta, los juveniles Cepellini y Rodríguez (de gran torneo local en Bella Vista que hizo que los comprara a ambos Peñarol), Cabrera, Jones, Prieto, Mayada, Gallegos, entre otros. Pero le falta funcionamiento. El ingeniero Verzeri no encontró las piezas hasta el momento.
Entre sombras clasificó la “Celestita”. Se ve de lejos el campeonato y la clasificación a las Olimpiadas, luego de añares de ausencia. Sólo queda esperar, bajar la pelota al piso y empezar a jugar.
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