Lo mejor del primer tiempo para Nacional fue el recibimiento de un estadio Centenario colmado de punta a punta y no ir en desventaja al descanso.
Es que los tricolores jugaron una primera mitad alarmante: no había juego, nadie contenía el balón por más de diez segundos, y le faltaba poblar la mitad de la cancha, la que por momentos parecía una estancia vacacional sin aduana para los brasileños. El único motivo por el cual Nacional no se fue perdiendo fue debido a una arriesgada salida de su arquero Rodrigo Muñoz y la gran labor de sus dos zagueros centrales: Jadson Viera y Sebastián Coates.
El problema fue repartido: los volantes Facundo Píriz y Mathías Cabrera se desgastaban corriendo detrás del balón, siempre bajo dominio del Fluminense; los delanteros Tabaré Viudez, Santiago García y Jonathan Charquero, entreverados y completamente aislados; y un olvidable primer tiempo del lateral brasileño Gabriel Márques como del volante Mauricio Pereyra.
Por su parte Fluminense manejó el balón con discreción pero sin mayor peligro: mucho toque en la mitad de la cancha de Emerson, del argentino Darío Conca, pero sin la fineza de su temible delantero Fred. Su juego por las bandas tuvo su mayor punto por la derecha, donde inquietó durante varios minutos.
El segundo tiempo mostró que algo había cambiado en Nacional. Lo que se notó tras los primeros minutos, con más actitud que fútbol. Y el premio llegó a los 50’, cuando Mathías Cabrera habilitó a Santiago García, quien despierto, pero en posición inhabilitada, cabeceó con clase por encima del arquero Ricardo Ferreira. 1-0. Y el Centenario se vino abajo: con el gol y el inmediato ingreso del argentino Marcelo Gallardo en lugar de un Pereyra, quien no justificó su presencia en la noche.
Por su parte, el entrenador tricolor, Juan Ramón Carrasco, acertó en los cambios de piezas: pasó a jugar con dos puntas y dió prioridad al rearmado del mediocampo, con el ingreso del brasileño Carlao abierto por la punta izquierda para socorrer el tibio partido de su compatriota, el lateral Márques, y el ingreso del volante mixto Maximiliano Calzada.
Mucho mejor armado, llegó un segundo premio: a los 67’ una excelsa habilitación de Gallardo dejó a García de cara al arquero Ferreira y, tras cruzarla con clase de goleador, logró el 2-0 y la locura de los más de 50.000 hinchas tricolores.
Tras el segundo gol cayó el telón: ingresaron el internacional portugués Deco y Rafael Moura en Fluminense, pero se encontraron con una sólida defensa tricolor con destacadas labores de Coates, Viera y el lateral derecho Gonzalo Godoy.
Tras el triunfo, Nacional sólo lamenta la expulsión por doble amarilla a Marcelo Gallardo por protestar minutos antes del final, una ausencia sensible de cara al próximo partido ante el América de México, en un Centenario que nuevamente estará colmado de tres colores, empujando a un equipo que logró su séptima victoria consecutiva, y que de ganar pasará a los Octavos de Final de la competición continental.
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